domingo, 29 de marzo de 2009

Un mundo un poco más sano

El mundo se quedó a oscuras este sábado en la "Hora del Planeta", en una iniciativa para salvar a la Tierra del cambio climático con una hora sin luz en casi 4.000 ciudades en 88 países, en las 25 zonas horarias.

Esa hora comenzó en la isla Chatham de Nueva Zelanda, después Australia y Nueva Zelanda junto con varios países del Pacífico Sur apagaron sus principales monumentos para unirse al llamamiento ecologista:La Casa de la Ópera y los principales rascacielos de Sidney quedaron sin luces, mientras en el puerto se escuchaban las sirenas de los transbordadores y en Wellington (Nueva Zelanda) se oscurecía el Parlamento y la Torre de Comunicaciones de Auckland.

Las islas Fiyi, la catedral de Manila (Filipinas), en Malasia la torre Menara Kuala Lumpur, de 421 metros de altura, se apagaron mientras en Singapur la gente se congregaba a la luz de las velas en el parque Esplanade.

Tailandia celebró la "Hora del Planeta" en el Parque Saim y en Yakarta (Indonesia) los rascacielos también se apagaron a la hora prevista, como en China, que respondió por primera vez a este llamamiento y una veintena de sus ciudades, entre ellas Pekín, Shangai y Hong Kong apagaron sus monumentos y centros oficiales y comerciales.

Europa se unió a las 19:30 GMT (20:30 local) con sus principales monumentos y edificios simbólicos emplazados en las principales capitales como Londres, París, Bruselas, Portugal, Roma ó Madrid, en penumbra.

En Bruselas, el Atomium, la Grand Place, y toda la red de autopistas públicas se quedaron a oscuras, así como todas las sede de las instituciones comunitarias -la Comisión Europea (CE), el Parlamento y el Consejo- a los que se unieron los principales edificios de Amberes, Lieja, Gante y Namur.

Catorce ciudades suizas participaron en la iniciativa, entre ellas Lausana, Bienne, Delémont, Neuchâtel, Basilea, Berna, Zúrich, Bellinzone, Yverdon-les-Bains, Nyon, Morges, Lancy y Vernier, mientras en París, la Torre Eiffel, el Museo del Louvre y la Opera fueron algunos de los más de doscientos monumentos y edificios públicos sumidos temporalmente en la oscuridad.

En el Reino Unido se apagaron algunos de los edificios y monumentos más emblemáticos del país, como la columna de Nelson de la plaza de Trafalgar y el London Eye -la noria situada en la orilla sur del río Támesis-; el estadio del Milenio en Cardiff (Gales) y el castillo de Edimburgo y el puente sobre el río Forth en Escocia.

En España, edificios emblemáticos como la Puerta de Alcalá de Madrid o la Alhambra de Granada (sur), se han quedado a oscuras durante una hora para concienciar a los ciudadanos de la importancia de combatir el cambio climático, una iniciativa a la que se han sumado administraciones y empresas en más de cien ciudades españolas.

Portugal aportó su hora de apagón con poco seguimiento en Lisboa, aunque sus monumentos más emblemáticos como el Cristo Rey, el Monasterio de los Jerónimos, la Torre de Belem o el Palacio Presidencial se quedaron a oscuras.

En Italia, la cúpula de San Pedro en el Vaticano se apagó al mismo tiempo que el Coliseo en Roma y hubo apagón en las principales ciudades de Italia, como el puente de Rialto en Venecia ó la Torre de Pisa.

En Egipto, lugares emblemáticos de El Cairo como las pirámides de Guiza y la ciudadela islámica se unieron a la iniciativa.

Cuando le llegó su hora, las luces del continente americano se fueron apagando desde el Obelisco de Buenos Aires, al Palacio presidencial de Lima, la Casa Blanca en Washington, Times Square en Nueva York (EEUU), o el Golden Gate en San Francisco (EEUU).

En Brasil, la estatua del Cristo Redentor, icono de Río de Janeiro, quedó en penumbras y desapareció del cielo carioca, mientras los chilenos encendieron millares de velas en lugares públicos y apagaron las luces de sus casas, edificios públicos y empresas privadas.

Hawai (EEUU) será la última zona del planeta en quedar totalmente en penumbra.

Japón y Arabia Saudí no respaldaron oficialmente el apagón y en sus ciudades se limitaron a apagar las luces los ciudadanos.

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