Muchas veces mis intentos de pasear por la naturaleza se convierten en una gira por las escombreras, basureros y demás cementerios de muerte que los humanos nos empeñamos en fomentar en este planeta herido.
Y si os dáis cuenta, el escombro ya forma parte del paisaje, pero no esa bolsa, la maldita bolsa, ni su contenido.
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