Datos obtenidos por satélite han permitido constatar por primera vez y de modo definitivo que la masa total de hielo en el Ártico ha disminuido. Una reducción drástica, en algunos lugares de hasta 49 centímetros en el grosor del hielo, se produjo el pasado invierno, después de varios años de observación que indicaban un espesor constante.
La investigación, realizada por un equipo del University College London, sugiere que esta sustantiva pérdida de agua helada que cubre el Ártico podría significar que se ha alcanzado un «punto de no retorno». Un completo deshielo, situado por algunas proyecciones hacia 2080, podría incluso anticiparse a 2030-2040.
Aunque se da por hecho que calentamiento global está detrás de ese efecto, el estudio no se ha pronunciado sobre las causas del hecho de que mientras en el periodo 2002-2006 el grosor del hielo permaneció bastante constante durante los inviernos, en el invierno de 2007 se constató un «desplome».
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La investigación, realizada por un equipo del University College London, sugiere que esta sustantiva pérdida de agua helada que cubre el Ártico podría significar que se ha alcanzado un «punto de no retorno». Un completo deshielo, situado por algunas proyecciones hacia 2080, podría incluso anticiparse a 2030-2040.
Aunque se da por hecho que calentamiento global está detrás de ese efecto, el estudio no se ha pronunciado sobre las causas del hecho de que mientras en el periodo 2002-2006 el grosor del hielo permaneció bastante constante durante los inviernos, en el invierno de 2007 se constató un «desplome».
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