El veinte de octubre de 1958 llegué a este planeta, hoy sé muchas cosas que debería haber sabido, si no aquel día, sí poco después. Pero me da la impresión de que esto no marcha nada bien para el planeta y para la humanidad.
Ayer mañana, un joven ha pedido un periódico en el quiosco al que acudo. Para llevárselo, ha solicitado una bolsa de plástico. Le he preguntado si había oído hablar del cambio climático, de sus repercusiones, de lo que a él le afectará en los años venideros, pues el futuro es más suyo que mío, y que debíamos erradicar, entre muchas cosas, las bolsas de plástico. Y me ha contestado que le da lo mismo.
Cada vez nos parecemos más a la rana del documental de Al Gore: ESTO NO ES UN PROBLEMA POLÍTICO, ES UN PROBLEMA MORAL.
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