("Lápices", a la derecha de la imagen, entre limoneros)
Jesús Joaquín López Moreno.
Un paraje en peligro de extinción es el que hoy se encuentra en el museo andalusí murciano: la huerta de Ricote. Irrigada por diversos manantiales, como El Molino, Las Balsas o La Fontanilla, la huerta ricoteña tuvo su origen en época andalusí, allá por los siglos X y XI, cuando los orientales árabes y beréberes trasformaron las fuentes naturales en su auténtico paraíso, convirtiendo este lugar en el centro administrativo del Wadi Riqut o Valle de Ricote. Hoy, en cerca de mil tahúllas de huerta tradicional, pueden admirarse canales y partidores, limoneros y naranjos con olor a azahar, tapias y bancales, caminos laberínticos para perderse, el susurro del agua en su caminar, restos de molinos harineros, el lavadero público o las ruinas de su mezquita. Claros elementos de un bello cuadro paisajístico que los ricoteños han sabido compaginar sabiamente con su vida cotidiana durante tantos siglos. Pero, ¿hasta cuándo? Este paraíso tiene fecha de caducidad por las contemporáneas acciones del nefasto político actual.
Leed más AQUÍ. Vegamediapress.com
Leed más AQUÍ. Vegamediapress.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario