El pasado martes, el presidente Obama tomó medidas contra el calentamiento causado por los gases de efecto invernadero y obligó a la industria del automóvil a fabricar coches más eficientes con restricciones al consumo de combustible.
La propuesta requeriría que la flota de vehículos de pasajeros consuman una media 6,6 litros por cada 100 kilómetros para 2016, lo que ahorraría 1.800 millones de barriles de crudo.
También ordenaría por primera vez que la Agencia de Protección Ambiental regule las emisiones de los tubos de escape de los vehículos.
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